viernes, 2 de mayo de 2008

Sin miedo a nada...


Según había leído, el deseo era un movimiento afectivo hacia algo que se apetece… y a ella le apetecía algo. En los últimos tiempos se le apetecía tenerla siempre a su lado, no dejarla ir nunca. Se le apetecía cogerla de la mano y que caminara con ella, a su lado, saber que pasara lo que pasase iba a contar con su apoyo incondicional. Pero no se le apetecía que sólo estuviera como una persona más… se le apetecía que estuviera como esa persona, LA persona.

Definitivamente los sentimientos eran más complicados de lo que ella siempre había pensado que serían. Siempre había pensado que cuando se enamorara sería porque la otra persona también lo estaría y vivirían una historia de amor como la de las películas, con perdices finales incluídas. Pero eso era la vida real… y en la vida real las cosas siempre son más complicadas… en la vida real no sólo había veces en que los sentimientos no son compartidos, sino que además no se puede evitar enamorarse de alguien que no te corresponde.

Ay!! El amor… qué complicado y que gratificante a la vez!! Por nada del mundo negaría que todo lo que había sentido era lo más maravilloso del mundo, pero también andaba anhelante de que alguien sintiera eso por ella. Que sintiera que ella era lo más importante, que ella fuera el primer y el último pensamiento del día para alguien y que alguien echara de menos su cuerpo al lado, que deseara tenerla al lado toda la vida…

Sabía que algún día llegaría… llegaría el día en que se viera en la mirada de alguien, que alguien la mirara con amor. Llegaría el día en que la mirada de alguien miraría en su dirección y que un “te quiero” sería sólo para ella.

Y mientras… mientras esperaría el momento, mientras esperaría a esa persona, que quizás ya estaba en su vida, que quizás no… pero sería LA persona. Sin miedo a nada…


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin miedo y sin prisas, que llega cuando menos te lo esperas ;)
saludillos

Anónimo dijo...

seguiremos esperando todas entonces no?
Besos!!