No hay una sola persona que consiga sacarme de mis casillas como lo hace él. No lo soporto... ya no sé qué palabra adjudicarle, no sé si odio, asco o repugnancia... quizás resultado de su intolerancia, de sus palabras... de su quehacer.
No soporto su voz, no soporto que me hable, no aguanto que me mire, ni que esté cerca de mí. Si lo oigo hablar aumento el volumen de la música para no tener que soportar su voz. Ni que me toque, ni que se acerque...
A veces sé que soy injusta, pero no logro controlar esa sensación airada. Sí, de ira... de enfado, de no querer nada con él.
No puedo... es superior a mis fuerzas.
2 comentarios:
Rómpete los sesos con esto
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;)
lo mejor es la indiferencia, no queda otra...y si no puedes no puedes tampoco pasa nada. Muchos besos y muchos ánimos!
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