Ilusa...

El domingo hice algo de lo que quizás voy a empezar a arrepentirme, algo por lo cual me acaban de pegar un "guantazo de realidad", algo que hice sin intención de nada y que ha sido tomado como sarcasmo e ironía por mi parte...

A ver... comienzo por el principio. Este domingo estuve haciendo limpieza de mails. Entre ellos estaban los mails de dos personas con las que hablaba mucho en su tiempo. La historia, las circunstancias (de todas, no sólo mías) nos llevaron a dejar de hablar poco a poco. No habíamos terminado peleadas ni nada por el estilo, simplemente habíamos dejado de hablar, insisto, tanto yo... como ellas (y sí... enfatizo con el yo delante aunque sea incorrecto... pero es necesario)

A estas dos chicas las conocí ya hace más de tres años, en un foro (sitios de dónde siempre saco gente interesante y que vale la pena... qué curioso!!!), nos unimos muchísimo las tres y hablabamos todos los días. Poco a poco la vida de las tres se unía y se hacía imprescindible hablar todos los días. Hablábamos absolutamente de todo... y sobre todo me uní a una de ellas. A la que consideraba como una hermana mayor.

Fui conociendo a más gente, mi tiempo empezó a dividirse entre más personas y el de ella igual. Empezó a conocer a otra gente y sí, nos saludábamos y nos preguntábamos qué tal, pero la charla luego se dejaba un poco de lado.

Yo un día le pedí perdón por tenerla un poco abandonada, pero me dijo que no pasaba nada, parecía que a ninguna de las dos nos importaba, sabíamos que estabamos ahí si nos necesitábamos, así que me quedé más tranquila... pero el tiempo nos separó aún más... y aunque nos teníamos en el msn la una a la otra ninguna de las dos hablaba. Dejadez, supongo.

En un año nos mandamos 3 e-mails, el último fue para su cumple, se lo mandé yo. Le hizo mucha ilusión recibirlo aunque hacía como unos 4 meses que había pasado el 2º mail. Con esto quiero deciros que no hablaba con ella pero se alegraba de saber de mí.

Y el domingo lo hice... el domingo se me ocurrió mandarles otro e-mail. No sé, quería saber de ellas. Ilusa de mí... Les conté qué tal las cosas. Les conté cosas como si les fuera a hacer algo de ilusión (a mí me la habría hecho) Les pregunté qué tal... lo normal, supongo. Nunca pensé que su contestación (sólo me ha contestado la chica a la que estuve más unida) fuera esta:

"Pues no lo entendí en su día, y ahora tampoco lo entiendo. No entiendo que si hasta ahora no te ha importado lo que haya pensado, ni cómo me haya sentido, ni si he sufrido... por qué apareces ahora?

Pasaste de compartir absolutamente todo, de ser una hermana, un ángel de la guarda... a ser una completa desconocida. Desapareciste, y en alguna parte del camino se perdió todo aquello que nos unió en su momento, pero yo ya no voy a volver atrás a ver si queda algo.

A mi también me han pasado cosas, la vida me ha dado muchas lecciones, ya no soy la que conociste."

Ahí parece que la única que desapareció fuí yo... "se me juzga y se me condena" y se me echa encima que lo ha pasado mal y que no he estado.

Yo tampoco soy la que conoció, a ella tampoco le ha importado lo que yo haya pensado, ni cómo me haya sentido, ni nada por el estilo...

... pero yo no se lo he echado en cara. Para qué? Yo soy la que no ha estado en determinados momentos...

Mi contestación? Creo que mucho más normal, respetuosa y menos cargada de rencor (ya dicen que la mejor bofetada es la que no se da, no?) Aunque me ha dolido la contestación y lo he dejado ver... quizás con mi contestación haya vuelto a cometer el error de agachar la cabeza y entrar en el mismo juego que ella... dar donde duele.

"Bueno... en todo caso incluyámonos las dos... no he sido yo sola la que desapareció sin más. Y no quiero volver atrás... simplemente quise preguntar qué tal... pero bueno, me parece normal que hayas contestado así... ya hace un tiempo que me vi juzgada y condenada.

Espero que todo te vaya muy bien."

No sé si he hecho bien o mal en volver a contestarle, no sé si hice mal mandándole el mail, no sé... Simplemente hice algo que pensé no estaba mal... y me encontré con unos reproches que no se me pueden hacer. Yo no le reprocho que ella no haya estado... qué pasa entonces? Si lo ha pasado mal es mi culpa? No existía confianza para hablar conmigo si lo necesitaba?

Ains... una, que es ilusa... o culpable de todo, no sé. Así que cuidado conmigo que a la mínima meto la puñalada por la espalda. Quién avisa...

Y yo sigo escuchando música y recordando que fue ella quién me enseñó a apreciarlo... quién me enseñó la magia de sus canciones menos conocidas...